08 junio 2008

Sumido en rectas elocuentes.
Mirando al mar con apariencia polar.
Reunimos pocker de ases
pero la mano conmigo
ya no quiere jugar.
TE
La playa suena a mentira,
las palabras a nada,
la vida a una extraña farsa
que no termino de entender.
ODIO
Los artistas me dan nauseas,
los poetas risa,
el tiempo pierde hasta de espaldas
cuando los domingos me pongo
su limpia camisa.
TE
Parecemos animales
y no llegamos a su paso,
ni a sus manantiales
de agua estanca al raso,
ni a sumar las pares
ni los nichos improvisados
de cartones en la calle.
ODIO
Decrepita derrota,
barbarie mi conquista
pañuelos limpios de formol...
elipsis varias las de aquella pista
en la que creía
y las de aquellos lirios cortados
sobre la mesa del salón.
TE ODIO
Hoy suena todo peor,
hay partida de pocker en mi casa,
yo no juego,
pero me cuelan cada farol...
.
.
.
.
.
.
.
Y yo miro por la ventana a ver la nada pasar, me descojono de mi mismo.

07 junio 2008

. . . Romance


Si, me gustan tus piernas,
pero no unicamente su forma,
no me refiero a su arquitectura,
no quiero aludir solo a sus ondas,
ni a sus lineas, ni a sus perpendículares.
.
Quisiera adentrarme
mas allá de tu anatomía,
mas allá de sus exquisitos movimientos,
del torrente febril de sus maneras...
donde limitan tus cosquillas
infranqueables.
.
Y que recuperes la voz
del maneje de mis manos,
que cantes a viva piel algún dolor pasado
y una canción de Chaouen.
.

Yo odio esta distancia
como se debe de odiar a la maldad,
como deben de odiarse
los espejos que te impiden,
o las durezas y la escarcha
que te muerden, que te duelen
y después de la una vuelven.
.

Odio la soledad que duerme
al otro lado del colchón
de siete a ocho.
.
Tu odias el resto del mundo,
incluidas las reservas que yo cazo
para no quedarme a solas
por si acaso tu te calzas
y te marchas antes del ocaso.
.
Odias las licencias que me marco,
aquel embargo de besos que llevamos
al otro lado subterraneo
de las sábanas y los pañuelos,
de noches y malagueros...
.
Ahora alargas una mano,
siento ese trayecto ínfimo
de navegar entre tu cuello y tu pecho
como un capitan que ha vivido
siempre en la tormenta,
ese pedazo etereo de tu cuerpo
que se funde con mi boca,
ese pecado ambiguo que comimos
por manzanas y nos sacudió
del paraiso de una vez por todas.
.
Somo tan osos como cerdos,
tan inviernos como soles,
tan profundos que dolemos,
en la estirpe de los mares,
en las playas que no duermen.
.
Y es que aun no se ha perdido
nuestra suerte y los asesinatos
son de nuestros cuerpos
y el pecado aquel,
que en defensa propia cometimos.

.
.
.
Texto: Verano.
Imagen de la Bella Bardot
De fondo: Me quedo con semilla en la tierra...